domingo, 25 de noviembre de 2007

Por el derecho a una vivienda digna


El problema de vivienda no es un problema de construcción, sino fruto de la propiedad privada del suelo y de las viviendas, y de la especulación que se hace con ellas: estas son las causas reales; y las hipotecas y la dificultad de emancipación de la juventud, las consecuencias. Por ello además de exigir que se construya más vivienda pública, debemos reivindicar, en primer plano, que se racionalice el uso de las ya existentes: atacando el problema en su raíz, que es la madre de todos los problemas que sufrimos, la propiedad privada.
La Constitución de 1978 reconoce en su artículo 47, el derecho a una vivienda digna para todas y todos. Es más que evidente que tanto este como otros derechos sociales y políticos (al trabajo, a la participación de la juventud) no están garantizados.
Hay que exigir que se tomen medidas:
  • Expropiación de viviendas o fincas vacías en clara situación de especulación.
  • Fomento del alquiler de viviendas para la juventud y el estudiantado.
  • Freno del uso del suelo como medio de financiación municipal, lo que fomenta la corrupción y el fraude.
  • Como medidas auxiliares: gravar viviendas vacías, la construcción de vivienda pública y vivienda social.
¡CON PRECARIEDAD NO HAY DEMOCRACIA!

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