Como continuación de la campaña en memoria de Serafín Holgado y los asesinatos de Atocha de 1977 se ha rendido homenaje a su figura en el cementerio de Salamanca. Un sencillo y emotivo acto en el que se recordó la militancia de Serafín y su lucha por la colectividad y el pueblo. Una vida ejemplar que arrebataron hace ya 31 años de forma injusta y cruel.
Este homenaje debe servirnos para no olvidar lo que ocurrió aquel 24 de enero y las causas por las que sucedió; un deseo por parte de la derecha de involucionar hacia la Dictadura, un miedo irracional a las clases populares que entonces comenzaban a organizarse y un anticomunismo promovido por entidades internacionales. Causas que aún a día de hoy, siguen estando vigentes y que, como juventud revolucionaria, debemos combatir y superar con la visión de un mundo mejor DE todos y PARA todos en la mente.
Aprovechamos para denunciar el asesinato de Jan Kucera, compañero antifascista checo, por parte de un militante fascista.
No debemos caer en el error de pensar que aquellas ideas y aquellas personas que asesinaron a Serafín Holgado desaparecieron; hoy más que nunca es necesaria la unidad y la organización de la clase explotada, la clase de todas las personas que no tienen más que sus brazos para trabajar y luchar, pues sólo nosotros podemos pelear por nuestros derechos, nadie lo hará por nosotros.
Este homenaje debe servirnos para no olvidar lo que ocurrió aquel 24 de enero y las causas por las que sucedió; un deseo por parte de la derecha de involucionar hacia la Dictadura, un miedo irracional a las clases populares que entonces comenzaban a organizarse y un anticomunismo promovido por entidades internacionales. Causas que aún a día de hoy, siguen estando vigentes y que, como juventud revolucionaria, debemos combatir y superar con la visión de un mundo mejor DE todos y PARA todos en la mente.
Aprovechamos para denunciar el asesinato de Jan Kucera, compañero antifascista checo, por parte de un militante fascista.
No debemos caer en el error de pensar que aquellas ideas y aquellas personas que asesinaron a Serafín Holgado desaparecieron; hoy más que nunca es necesaria la unidad y la organización de la clase explotada, la clase de todas las personas que no tienen más que sus brazos para trabajar y luchar, pues sólo nosotros podemos pelear por nuestros derechos, nadie lo hará por nosotros.
Serafín, ¡nosotros no olvidamos!
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