Tal día como hoy murió Francisco Franco, el dictador que trajo al Estado Español 40 años de atraso tras un proceso de progreso que fue la II República. El dictador fascista fusiló, encarceló, sometió a trabajos forzados a todo aquel que defendía unos valores democráticos y que sobre todo eran “rojos”.
Tras la muerte del dictador se abrió, supuestamente, un proceso hacia la democracia, su democracia, donde habría más libertades, la ciudadanía podría expresarse sin peligro, se podría reunir sin miedo a ser cogidos por los grises. Pero nada más lejos de la realidad, a día de hoy se sigue retrocediendo en derechos y como muestra un botón: La Ordenanza Represiva del Ayuntamiento de Salamanca, la cual impide expresarnos a los pequeños colectivos de esta ciudad. Si bien ellos poseen los medios de comunicación, nosotros sólo poseemos las calles y donde hacemos nuestra vida es en las calles, pues bien expresar nuestra información en las calles es delito. ¿Desde cuando es delito informar? ¿Esto es su libertad de expresión?
Hoy en día el discurso fascista sigue manteniéndose en esta sociedad, y no sólo con palabras sino con hechos, como demuestra el asesinato, hace 32 años del militante de las Juventudes Comunistas, Serafín Holgado en el despacho de abogados de Atocha y hace dos años de nuestro compañero antifascista Carlos Palomino vilmente apuñalado por un nazi en el metro de Madrid y así otros tantos que lo hicieron defendiendo unos ideales y antifascistas y revolucionarios. Nosotros no os olvidamos.
Este discurso fascista se lanza sobre la clase obrera, creando división entre ella para así lograr sus objetivos. Nos intentan hacer creer que los trabajadores inmigrantes y los españoles somos diferentes, que nos quitan el trabajo y que tienen más facilidades según que cosas. Pues nada más lejos de la realidad. La clase obrera inmigrante es igual o más explotada que la española, sus derechos son igual de pisoteados y sobre todo están expuestos a la violencia fascista más que muchos de nosotros.
El fascismo lo desempeña la patronal estrujando a los trabajadores, sacándoles el mayor rendimiento para conseguir su beneficio. En tiempos de crisis como los de ahora aprovechan la situación para hacerlo con más virulencia y con una impunidad escandalosas. Utilizan el miedo a ser despedido como arma arrojadiza y usar el miedo es fascismo.
El fascismo sigue presente en temas como el aborto. La mujer tiene todo su derecho a decidir sobre su cuerpo y sobre si cree necesario abortar o no sin que se le haga ningún reproche, pese a su intento de hacernos creer que es un asesinato. Asesinatos son las 54 muertes de mujeres por violencia machista provocado por el sistema patriarcal que somete a la mujer y la relega a un segundo plano y que no deja de ser fascismo.
El discurso fascista está hoy en día muy presente, aunque sea con buenas palabras o métodos menos directos. Por todo ello tenemos que seguir siendo antifascistas y anticapitalistas, pues el fascismo el la expresión más violenta que utiliza el capitalismo para aplastar a la clase obrera, seguir en la lucha para conseguir todos los derechos que nos están siendo arrebatados como trabajadores y conseguir ese otro mundo que sí que es posible.
Una vez más la juventud revolucionaria y antifascista tenemos que gritar
¡¡¡NO PASARAN!!!
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