Te recordamos porque estás vivo comandante, y no porque te hayas muerto. Porque estás vivo en el alma del pueblo. Porque vives justiciero en el hierro bravo y fiero del machete campesino, y del fusil del obrero. Porque estás vivo, soldado, en la patria siempre en vela. Porque estás vivo en la escuela, en la tierra y el arado. Vivo estará en la pelea tu brazo guerrillero. Y si hoy un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida te ha derribado, la lucha será mañana más fiera y más justa, porque la victoria está presente, comandante, como tú memoria guerrillera.
Hasta la victoria.
Siempre, patria o muerte.
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